martes, 28 de agosto de 2007

Descifrado el mecanismo cerebral del déjà-vu

Un equipo de neurocientíficos del Picower for Learning and Memory Institute del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT) afirma haber identificado por vez primera el mecanismo neuronal que origina el déjà vu, término francés que se refiere a la sensación que en ocasiones nos asalta de haber visto antes algo que en realidad estamos viendo por primera vez.

Este fenómeno, por tanto, tendría un origen neuronal que, de ser definido, ayudaría a desarrollar tratamientos destinados a paliar ciertos desórdenes de la memoria, así como los fenómenos de confusión y desorientación que sufren las personas mayores, a las que en ocasiones les cuesta distinguir lugares y experiencias similares, informa el MIT en un comunicado.

La formación de recuerdos referentes a lugares y contextos se da en una región del cerebro denominada hipocampo, que forma parte del sistema límbico cerebral y participa en la memoria y en la orientación. Asimismo, el hipocampo está relacionado con la retención a largo plazo de la información espacial, y es una de las primeras estructuras que resultan dañadas cuando se desarrolla la enfermedad del Alzheimer, lo que ocasiona los clásicos problemas de memoria y desorientación de las personas que la padecen.

Dificultad para diferenciar

Los ratones genéticamente modificados del experimento de Tonegawa carecían de un gen del gyrus dentatus, lo que permitió estudiar las respuestas cerebrales subyacentes al recuerdo de lugares específicos, así como contemplar las diferencias neuronales con respecto a ratones comunes.

Para ello, dos grupos de ratones (uno de ellos formado por animales genéticamente modificados y otro por ratones normales) fueron colocados alternativamente en dos cámaras similares, en una de las cuales se les golpeaba en las patas.

Después de tres días, todos los ratones comenzaron a dar señales de estar asustados dentro de ambas cámaras, incluso en aquélla en la que jamás se les había infringido daño alguno. Sin embargo, tras dos semanas de pruebas, los ratones normales habían aprendido a relacionar sólo una cámara con los golpes, reconociendo la segunda como segura.

En cambio, los ratones modificados genéticamente demostraron una incapacidad significativa de distinguir los dos contextos, que eran muy parecidos. Según los científicos, el estudio demuestra que la plasticidad del gyrus dentatus, o la habilidad para cambiar en respuesta a la experiencia, contribuye al aprendizaje espacial y a la generación de respuestas neuronales distintas, según donde nos encontremos.

La importancia del gyrus dentatus en todos estos procesos, demostrada por la modificación genética de esta región del hipocampo en ratones, por tanto, implicaría que pudiera estar relacionada con los fenómenos del déjà vu, que nos impiden ver o percibir como nuevos espacios que nunca hemos visto antes.
Los últimos descubrimientos más interesantes al respecto han señalado que, por un lado, existen los déjà vu crónicos: científicos de la universidad británica de Leeds han estudiado a personas que tienen esta vivencia de “ya lo he vivido” de manera continua, para tratar de identificar las causas cerebrales de lo que suponen debe ser un trastorno de la memoria.

Por otro lado, la constatación de que los ciegos también pueden experimentar la sensación del déjà vu, de la que hablamos en otro artículo, pone de relieve que no sólo es la vista la que generaría una respuesta neuronal particular ante una situación determinada que debemos definir : los olores, las sensaciones táctiles y los sonidos también sirven como identificadores capaces de dejar una huella de reacción neuronal que nos permitirá localizarnos en un lugar concreto la próxima vez que lo visitemos.
fuente: tendencias21

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