martes, 17 de julio de 2007

Caso Manises

El 11 de Noviembre de 1979, con una hora de retraso en su salida, el Supercaravelle de la Compañía Aérea TAE procedente de Salzburgo (Austria), vuelo JK-297, con 109 pasajeros austriacos a bordo, despega del Aeropuerto de Son Sant Joan de Mallorca con destino a Tenerife.
Supuesta foto de uno de los ovnis del Caso Manises.
A los mandos del avión se encontraba el comandante Javier Lerdo de Tejada, con catorce años de experiencia y más de 8.000 horas de vuelo. En la cabina viajaban también Ramón Zuazu, como segundo piloto y Francisco Javier Rodríguez, como mecánico del avión.

Trayectoria del avión y visuales prolongadas hacia las extrañas luces rojas.
Cuando solo llevaban 20 minutos en el aire y tras una breve comunicación con Control Barcelona, comenzaron a recibir una extraña señal de socorro por el canal de emergencia (121.5 Mhz). Según les informó el centro del control aereo, aquella ininteligible señal procedía de un punto situado a unas 40 millas al noreste de Valencia, justo en la trayectoria del vuelo del TAE.
La tripulación intentó buscar un sentido a aquel mensaje, pero fue inútil. Parecía como si el autor desconociera el codigo Morse.
El comandante apagó las luces del habitáculo para prestar mayor atención al exterior y fue cuando Francisco Javier Rodríguez, mecánico del avión, pudo divisar dos extrañas luces rojas a la izquierda del avión. Aquellas potentes luces parecían haber salido de la nada y se dirigían con celeridad hacia el avión.
A las dos de la madrugada el capitán Fernando Cámara despegaba a bordo de un caza Mirage F-1.
La tripulación consultó a Control Barcelona, con la intencion de averiguar si aquellas luces correspondian a las de algún tráfico identificado. La respuesta fue rotunda: "Negativo, no hay ningún tráfico notificado".

Las luces seguían aproximándose y J. Lerdo de Tejada
decidió comprobar si aquello que les perseguía era
inteligente: ascendió a 28.000 pies para dejar atrás
aquellas luces pero, inexplicablemente el objeto aceleró
mucho más rápido que el avión y se situó a menos de media
milla (unos 700 metros). A partir de ese momento, éste
comenzó a realizar una serie de maniobras imposibles para
cualquier aeronave convencional, como si estuviese jugando
con el avión dejando boquiabiertos a los atónitos pilotos.
Fue entonces cuando Tejada, con un avión comercial en
peligro y con la vida de todos sus pasajeros en juego (y
tras dar la voz de alarma el director del Aeropuerto de
Manises el Sr. D. Miguel Morlán, quién observó el objeto
luminoso no identificado a 30º sobre el aeropuerto) desvía
al Supercaravelle de su rumbo programado realizando un
aterrizaje de emergencia en el aeropuerto valenciano de
Manises.

A su vez, en el Centro de Operaciones de Sector de
Torrejón de Ardoz (Madrid), donde se situa el radar Pegaso,
el operador de radar no salía de su asombro. Pese a
localizar sin dificultad la traza del avión la pantalla del
radar no reflejaba rastro alguno del misterioso objeto.

El oficial de aviación, que contemplaba aquella
escena ordenó entonces un nuevo chequeo del espacio aéreo y,
en contacto con Escuadrón de vigilancia Aérea de Benidorm
(EVA 5), logró distinguir hasta cinco objetos volando entre
los nueve mil y los once mil metros. Estaba claro, el TAE
estaba siendo perseguido por varios objetos no
identificados.

A las dos de la madrugada el capitán Fernando Cámara
despegaba de la base aérea de Los Llanos (Albacete) a bordo
de un caza Mirage F-1 del ejército español para interceptar
el objeto.

El avión, en pocos minutos, localizó sobre la
vertical de Valencia una luz extraña pero, a pesar de que
viajaba a 1.000 kilómetros por hora, no consiguió disminuir
la distancia con aquel objeto. Al llegar a Valencia, Cámara
solicitó incrementar su velocidad a 1.4 de Mach, es decir, a
velocidad supersónica. Era la única forma de disminuir la
distancia entre aquellas misteriosas luces y el moderno caza
de combate.

Fue entonces, al aproximarse, cuando distinguió una
forma como de un tronco de cono del que emanaba la luz. El
capitán notó, también, unas extrañas interferencias. Tampoco
aquel objeto daba señal en infrarrojos (no emitía ninguna
fuente de calor). Debía de propulsarse por alguna energía
desconocida.

Después de una hora y media de persecución estéril y
a riesgo de no tener suficiente combustible, Cámara puso
rumbo a la base sin poder acercarse a las extrañas luces.

La "luz" detuvo su persecución al Supercaravelle a
30 millas del aeropuerto de Valencia, se estimó las
dimensiones de aquella extraña forma luminosa en unos 200
metros de diámetro. Se detectaron en el radar hasta tres
formas no identificadas sobre nuestro espacio aéreo.

Las misteriosas luces pudieron ser observadas por
numerosos testigos e incluso se encendieron las luces de
emergencia de la pista en previsión de un posible vuelo en
problemas...

El objeto, de forma esferica, parecía estar dividido
en dos partes iguales. La parte superior era de color verde,
mientras que la inferior emitía un resplandor rojizo en su
parte derecha y blanco en la izquierda. Pero aquella no iba
a ser la unica luz inusual observada esa noche en las
cercanias del aeropuerto.

Había dos luces mas, una sobre la torre de control y
otra sobre la base Aérea de Manises, que se mantuvieron
estaticas en el aire durante casi dos horas.

Algunos testigos, entre ellos el director del
aeropuerto, pudieron observar tambien las evoluciones de una
cuarta luz: minutos después de que el primer objeto
apareciera sobre los depositos de combustible de la empresa
Campsa, pudieron ver como un punto luminoso
blanco-anaranjado salía del primero, volando en dirección a
la mencionada base aerea.

Los técnicos de la torre de control al verlo
pensaron que se trataba del caza que se habia enviado en
misión de interceptación, y encendieron las luces de la
pista con la intención de facilitar su aterrizaje. Sin
embargo, el mando de defensa les comunicó que aquel tráfico
no podia ser el Mirage F-1, ya que este se encontraba a 32
millas de allí.

Once meses más tarde el diputado socialista Enrique
Múgica formularía en el congreso de los diputados tres
preguntas al gobierno que supondrían una investigación
oficial:

1- ¿ Qué clase de aparato provocó el desvio del
Supercaravelle de la compañía TAE en la noche del 11 de
noviembre de 1979 ?.

2- ¿ Por qué tres tráficos de origen desconocido
permanecieron durante más de cuatro horas sobre el espacio
aéreo español ?.

3- ¿ Qué clase de aparatos obligaron al despegue en
alerta de un Mirage F-1 de la base de Los Llanos
(Albacete)?.

Era la primera vez que el gobierno reconocía la
existencia del fenómeno OVNI aunque dieciocho años después,
estas preguntas sigan todavía sin responder.

La investigación del juez informador supuso requisar
los negativos fotográficos de los testigos mallorquines,
además de interrogatorios a los pilotos civiles y militares
y comprobaciones meteorológicas así como la invervención de
aviones americanos.

Ninguna de ellas dio frutos y, hasta hoy, se ignora
quien violó nuestro espacio aéreo obligando aterrizar un
avión de pasajeros.

Fuente: http://joseluisfdez.eresmas.com

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